Educacion Fisica Infantil

Desde su nacimiento el niño comienza a aprender a vivir. Va a “aprender” sus primeros gestos, sus primeras sensaciones. Se le ve adquirir de un día para otro alguna nueva aptitud y es un espectáculo apasionante. Estas primeras adquisiciones no carecen de mérito.

Al nacer el niño está provisto de diversos movimientos que no poseen la característica de ser respuestas estrictamente reflejas. El niño al nacer es un ser que está en continuo cambio y transformación manifestándose a través de movimientos incontrolados también denominados atetónicos por ser éstos producto de una tensión - relajación no manejada ni sometidos a un estímulo externo y que no responden a ningún objetivo concreto. Estos movimientos se convertirán con el desarrollo y el tiempo a la motricidad voluntaria e intencional. Cabe aclarar que este tipo de movimiento ya se da en el antro materno es decir antes del nacimiento, el feto vive en continua interacción con el medio exterior a través de conductas de tipo adaptativas que responden a estímulos provenientes del exterior.

Basados en los estudios de Ausubel y Sullivan (1983) a los movimientos no reflejos del recién nacido lo podemos dividir en dos grandes grupos, a saber:
A)Comportamientos Motores Masivos, cuya principal característica es la abundancia, la difusión y la falta de integración. Manifiestan control cortical y son provocados por diferentes estímulos. Son movimientos altamente generalizados e inconexos. Los estímulos provocadores son principalmente de origen viscero-genético; así la actividad motriz aumenta considerablemente antes de las defecaciones tal vez debido a alteraciones momentáneas de los intestinos. También los estímulos nociceptivos tienen capacidad de provocar determinadas respuestas corporales de tipo masivo.
B)Comportamientos Motores de tipo Localizado, este tipo de comportamientos tienen la peculiaridad de ser respuestas localizadas o segmentarias del organismo infantil. Así podemos observar en el neonato movimientos tales como: giros de cabeza y movimientos rítmicos de la boca, movimientos del tronco, movimientos en las extremidades de tipo bilateral y contralateral, movimientos de extensión y flexión de las extremidades, sonrisas que involucran a los músculos faciales, seguimientos visuales, aleteos de brazos, pedaleos, abducciones de manos y pies y aproximaciones de los miembros ( manos, pies) entre sí.

Basándonos en las fases anteriormente expuestas uno de los primeros movimientos que cabe esperar en el niño son respuestas involuntarias llamados reflejos. Los reflejos que son respuestas primitivas o arcaicas son muy importantes para la supervivencia del niño, con su aparición o desaparición se muestra el progreso en el desarrollo neuro motor del niño teniendo en cuentas que si un reflejo está desequilibrado, desaparece o perdura según sea el caso puede encontrarnos frente a serios problemas de índole neurológica.